Este artículo muestra cómo se han conformado los estratos socioeconómicos y cómo se distribuyen en la ciudad de Aguascalientes, comparando información de los años 1990, 2000 y 2010. Se parte de la hipótesis de que durante este periodo ha habido una tendencia a la desigualdad social y espacial, que se manifiesta en mayor segregación de los estratos socioeconómicos en la ciudad. Se utiliza una metodología centrada en las características de las viviendas y se realiza un análisis espacial en dos escalas demográfico-territoriales: áreas geoestadísticas básicas (AGEB) y manzanas urbanas. Para ello, el artículo pretende operacionalizar el concepto de división social del espacio mediante la técnica estadística de análisis de clúster para obtener seis estratos sociales. Se retoma el concepto de espacio social de Pierre Bourdieu, basado en las distintas formas que adquiere y transformado por los diferentes tipos de capital de las personas, lo que genera un modelo de clases. La georreferenciación de los estratos en mapas permite identificar su distribución espacial en la ciudad durante los años de estudio y de esta manera observar la tendencia a una mayor separación social y física en la ciudad.
This article’s main objective is to show how the socioeconomic strata have been formed and how they are distributed in the city of Aguascalientes by comparing information from the years 1990, 2000 and 2010. It is based on the hypothesis that during this period there is a trend towards social and spatial inequality that manifests itself in a greater segregation of the socioeconomic strata in the territory of the city. A methodology focused on the characteristics of the dwellings is used and a spatial analysis is carried out on two demographic-territorial scales: basic geostatistical areas (AGEB) and urban blocks. For this, the article aims to operationalize the concept of the social division of space through the statistical technique of cluster analysis to obtain six social strata. Pierre Bourdieu’s concept of social space is retaken, based on the different forms acquired and transformed by the different types of people’s capital, which generates a class model. The georeferencing of the strata through maps allows us to identify their spatial distribution in the city during the years of study and thus observe the trend of a greater social and physical separation in the city of Aguascalientes.
- ciudad de Aguascalientes;
- estratificación socioespacial;
- análisis multivariado;
- división social del espacio.
- Aguascalientes city;
- spatial social stratification;
- multivariate analysis;
- social division of space.
Introducción
Aguascalientes es una ciudad media en la jerarquía del sistema urbano nacional y una de las veinte ciudades más pobladas del país. En 1990 ya era considerada oficialmente como zona metropolitana, y en 2018 ocupaba el lugar décimo cuarto por el tamaño de su población. Se pronostica que en 2020 sobrepasará los 811 800 habitantes, que representan alrededor de 60 % de la población estatal y 88.5 % de la municipal. De ahí que lo que sucede en esta ciudad tiene una marcada repercusión para el estado en su conjunto.
En la década de los ochenta del siglo pasado, la ciudad empezó a tener una profunda inserción en la red urbana global. Desde entonces ha presentado diferentes trasformaciones económicas, demográficas y territoriales (Camacho, 2009), de las que pueden identificarse tres: 1) una expansión acelerada de su área urbana, en la cual surgen nuevas periferias; 2) un proceso de despoblamiento de sus áreas centrales, la llamada ciudad histórica, y 3) un proceso de segregación socioespacial.
En este trabajo se pretende dar respuesta a las siguientes preguntas: ¿cómo medir y analizar la estratificación socioespacial?, ¿cómo evolucionaron los estratos sociales en un contexto de globalización económica de la ciudad?, ¿cómo se distribuyeron estos estratos en la ciudad en este proceso simultáneo de despoblamiento y expansión urbana? Es decir, ¿cuál es y cómo ha sido la evolución de la división social del espacio en la ciudad de Aguascalientes?
La hipótesis central de esta investigación es que la ciudad de Aguascalientes ha tenido un proceso inédito de segregación socioespacial, en el que se incrementan las diferencias entre los estratos sociales en términos de ingreso, acceso a bienes y servicios y vivienda digna, entre otros satisfactores. Pero también ha habido un distanciamiento entre las zonas habitacionales donde viven, es decir, los distintos estratos están cada vez más separados geográficamente. Esta situación no es exclusiva de Aguascalientes, pues también se presenta en otras muchas ciudades de México y de otros países, por lo que es necesario profundizar en sus causas y consecuencias.
Se parte de la premisa de que la ubicación de la vivienda dentro de la ciudad y su entorno significan acceder o no a una serie de oportunidades para una mejor calidad de vida y de trabajo, es decir, el lugar importa (Cepal, 2014a, 2014b). Las ciudades son lugares de oportunidades, pero también de desigualdades. Es cada vez más evidente la separación física y social entre estratos sociales, lo cual tiene consecuencias negativas sobre todo cuando esta segregación es involuntaria, y esto genera ciudades divididas (OECD, 2018), con marcadas desigualdades intraurbanas. Conceptualmente, se considera que la segregación socioespacial forma parte de la matriz de desigualdad social de México, y en general de la región latinoamericana, donde a los factores socioeconómicos se suman otros elementos, como el género y la raza (véase Marinho y Quiroz, 2018).
Por lo anterior, el objetivo central de este artículo es mostrar cómo se han conformado los grupos socioeconómicos y la manera en que se distribuyen en una ciudad en expansión. Para ello fue necesario construir los estratos socioeconómicos por medio de técnicas estadísticas multivariadas y representar territorialmente su evolución en la ciudad de Aguascalientes para observar y analizar los cambios en la división social del espacio a diferentes escalas. Se utiliza la información estadística y geográfica tanto a nivel de AGEB como de manzanas urbanas para los años 1990, 2000 y 2010.
La división social del espacio: un tema antiguo con nuevos retos
Duhau (2013) define la división social del espacio residencial (DSER) como «las formas espaciales que adopta la distribución residencial intraurbana o intrametropolitana de los distintos estratos socioeconómicos que conforman la población de una aglomeración urbana». El concepto de DSER enfatiza en las formas pasadas y actuales de producción del espacio residencial, que se determinan mediante el funcionamiento del mercado inmobiliario, el tipo de vivienda y las áreas donde se localiza, de acuerdo con el nivel socioeconómico de los hogares y en el que participan agentes públicos y privados.
Por su parte, Castells (1975) definió la segregación como la «tendencia a la organización del espacio en zonas con fuerte homogeneidad social interna y fuerte disparidad social entre ellas», la cual no solo debe ser entendida en términos de diferencia sino también de jerarquía.
Estas definiciones son parte de la base para operacionalizar los conceptos de división social del espacio en la ciudad de Aguascalientes en un periodo de veinte años, de acuerdo con la información estadística que proporcionan los últimos tres censos de población y vivienda. Esto permite analizar teórica y empíricamente cómo se han distribuido los diferentes grupos sociales en una ciudad en expansión acelerada, lo cual modifica la organización social del espacio.
Además, se retoman las premisas teóricas del concepto de «espacio social» para definir los diferentes estratos y aquellos factores que condicionan la organización física del mismo, relacionado con la información disponible sobre la propiedad y las características de la vivienda como parte del concepto de capital físico. En conjunto, se presenta una propuesta metodológica de estratificación socioespacial con enfoque multidimensional.
Los conceptos de clases y estratos sociales1 conducen implícitamente a la consideración de que las sociedades se dividen en grupos de población que se distinguen por tener o no ciertos bienes y recursos socialmente valorados, ya sean físicos, económicos, educativos, de propiedad o de reconocimiento social, entre otros. Las personas que poseen una importante dotación de ellos tienen más oportunidades y mejor calidad de vida que aquellas que tienen pocos o carecen de varios de ellos, con lo que se genera una jerarquización y posición social debida a la asignación desigual de los recursos. Con base en ello, Giddens, Duneier, Appelbaum y Carr (2016) definen la estratificación social como la existencia de desigualdades estructuradas entre grupos sociales en términos de acceso a recompensas materiales o simbólicas.
El espacio social
Hacer una revisión de las diferentes teorías sobre la estratificación y las clases sociales rebasa por mucho los objetivos de este artículo. Aquí el interés específico radica en conocer aquellas respuestas sobre cuáles son los bienes y recursos socialmente reconocidos que hacen diferente de otro a un estrato social con el propósito de medirlos y evaluarlos en el tiempo. Es por ello que se retoma el modelo de Pierre Bourdieu, que ha tenido una importante influencia en la teoría de las clases sociales. Para este sociólogo francés las clases sociales son un concepto construido a partir de distinguir dos aspectos: la condición y la posición de clase. La primera está relacionada con las condiciones materiales y las prácticas profesionales de las personas, mientras que la segunda se refiere al lugar ocupado en la estructura de clases respecto a los demás (Bourdieu, 1966).
A partir de este concepto del espacio social, Bourdieu (1979, 1986) construye un modelo de clases sociales basado en las interacciones de las distintas formas que adquieren y cómo se transforman los capitales económico, cultural, social y simbólico. Todas las sociedades se presentan como espacios sociales estructurados con base en la distribución de las formas de poder o de los tipos del capital que funcionan como principio generador de las diferencias.
El capital económico representa trabajo acumulado que, al materializarse, de manera inmediata y directa puede convertirse en dinero y ser institucionalizado en forma de derechos de propiedad. Además permite apropiarse de manera privada de la energía social en forma de trabajo, que es intercambiado en el juego de fuerzas de mercado de bienes y mano de obra.
El capital cultural puede manifestarse bajo tres formas: en estado incorporado, como formas de disposiciones duraderas de la mente y el cuerpo; en estado objetivado, que se manifiesta en bienes y medios culturales como imágenes, diccionarios, libros, máquinas, etcétera, que son la realización del conocimiento, pero además pueden ser intercambiados como el capital económico, y como capital cultural que pasa a ser institucionalizado cuando se manifiesta en forma de calificaciones académicas reconocidas y legalmente garantizadas (Bourdieu, 1979).
El capital social es un conjunto de recursos actuales y potenciales proveniente de la pertenencia a una red durable de relaciones más o menos institucionalizadas de conocimiento y reconocimiento mutuo, conformada por «conexiones» sociales que pueden convertirse, bajo ciertas circunstancias, en capital económico (Bourdieu, 2011).
El capital simbólico es toda diferencia reconocida, aceptada como legítima y que procura un signo de distinción, que se manifiesta en los estilos de vida. Las tradiciones, las relaciones, los rituales y lugares de reconocimiento y las relaciones de autoridad, entre otras, son manifestaciones de la reproducción del capital simbólico (Bourdieu, 1979).
En síntesis, el espacio social es definido como un espacio pluridimensional de posiciones con base en condiciones materiales y simbólicas, expresadas en diferentes formas del capital. Este trabajo no retoma todas las formas del capital social y simbólicas señaladas por Bourdieu, solo aquellas que se pueden operacionalizar con la información disponible.
El espacio urbano
Las personas y sus viviendas ocupan un lugar en el espacio físico, por lo que pueden ser ubicadas mediante coordenadas de localización. En este documento el lugar puede definirse como la ubicación y la superficie que las personas y sus viviendas ocupan en el espacio físico, con dimensiones y características definidas.2
Como en el espacio social, las personas tienen un lugar relativo en el espacio físico en la medida en que hay una distancia geográfica entre ellas o los grupos sociales en una estructura urbana en contextos y funciones diversas, así como valoraciones materiales y simbólicas que las diferencian. En una sociedad estratificada y jerarquizada socialmente el espacio físico expresa estas diferencias, pero al mismo tiempo produce o reproduce esta jerarquización en las distancias sociales. De hecho el espacio social se manifiesta en el espacio físico, aunque no siempre en forma de espejo. En este análisis, en el que se ubican los diferentes estratos sociales en el territorio de la ciudad, el espacio físico se refiere al espacio urbano, aun cuando pueda tener un sentido más amplio.
En efecto, la posesión del capital en sus diferentes formas se manifiesta en una distribución y organización del espacio urbano en la cual cada individuo o grupo social tiene una posición relativa de acuerdo con el lugar donde vive; pero además de donde trabaja, consume, estudia, y hasta su presencia en sitios religiosos y recreativos, etcétera. En cada uno de ellos tiene pautas de comportamiento naturales que van generando efectos simbólicos, los cuales son valorizados por una sociedad jerarquizada.
Hay una interacción entre las estructuras del espacio social y el espacio urbano que tiene implicaciones directas en la comprensión, definición y medición de la estratificación socioespacial. Por ello, esta estratificación es producto de factores de distinta naturaleza que se sobreponen en el tiempo y el espacio. Incluso con el espacio simbólico o estructuras mentales, que en conjunto son producto de la incorporación de la estructura social expresada en el espacio físico donde se reafirma y ejerce el poder, bajo formas naturalizadas que permean en las conductas y formas sutiles de «violencia simbólica» como «violencia inadvertida» (Bourdieu, 1986).
En resumen, se puede afirmar que el lugar importa. Dentro del espacio social las personas o grupos con determinadas condiciones materiales adquieren una posición relativa en la estructura social acorde a sus características económicas, educativas, de reconocimiento, etcétera, que los diferencia de unos y los homologa con otros. También, desde el punto de vista del espacio urbano, es en este donde suceden las cosas y se expresan las diferencias de una sociedad jerarquizada con acercamientos o distancias sociales.
Propuesta metodológica para la estratificación socioespacial
A diferencia de los estudios de clases sociales basados en la posición y las categorías ocupacionales,3 este enfoque multidimensional toma diferentes variables y utiliza una técnica multivariada para agrupar con base en la ponderación de cada una de ellas para obtener grupos homogéneos, con características muy similares para diferenciar a unos respecto a los otros. En términos metodológicos, se retoma la definición de capital económico y de capital cultural de acuerdo con la información disponible y se propone un enfoque con tres dimensiones: capital económico (indicadores de ingresos y gastos en los hogares), capital cultural (básicamente la educación) y capital físico (indicadores de las condiciones de la vivienda). Es importante recalcar que no se incluyen aspectos de capital simbólico; aunque se reconoce que este tiene un papel importante en el proceso de estratificación, se requiere otro tipo información y de tratamiento cualitativo. Para operacionalizar el espacio físico se toman como unidades de análisis las viviendas urbanas agrupadas en dos escalas geográficas, las AGEB4 y las manzanas urbanas.5 Unas y otras se pueden georreferenciar y tienen información socioeconómica de los habitantes y sus viviendas. De ahí que sea posible identificar la distribución de los diferentes estratos sociales en la ciudad de Aguascalientes. Los indicadores para cada tipo de capital se presentan en el Cuadro 1.
Tipo de capital | Nombre de indicadores | 1990 | 2000 | 2010 |
---|---|---|---|---|
Porcentaje de población ocupada | ✓ | ✓ | ✓ | |
Porcentaje de la PEA ocupada que gana menos de 1 salario mínimo mensual | ✓ | ✓ | nd | |
Porcentaje de la PEA ocupada que gana más de 5 salarios mínimos mensuales | ✓ | ✓ | nd | |
Porcentaje de PEA por cuenta propia | ✓ | ✓ | nd | |
Capital económico | Porcentaje de VPH que disponen de refrigerador | nd | ✓ | ✓ |
Porcentaje de VPH que disponen de lavadora | nd | ✓ | ✓ | |
Porcentaje de VPH que disponen de automóvil | nd | ✓ | ✓ | |
Porcentaje de VPH que disponen de computadora | nd | ✓ | ✓ | |
Porcentaje de VPH que disponen de telefonía fija | nd | ✓ | ✓ | |
Porcentaje de VPH que disponen de teléfono celular | nd | nd | ✓ | |
Porcentaje de VPH que disponen de internet | nd | nd | ✓ | |
Capital cultural | Grado promedio de escolaridad | ✓ | ✓ | ✓ |
Porcentaje de población con posprimaria | ✓ | ✓ | ✓ | |
Promedio de ocupantes por cuarto en VPH | nd | ✓ | ✓ | |
Porcentaje de viviendas propias | ✓ | ✓ | nd | |
Capital físico | Porcentaje de viviendas habitadas con agua entubada | ✓ | ✓ | ✓ |
Porcentaje de viviendas con un dormitorio | nd | ✓ | ✓ | |
Porcentaje de viviendas con un cuarto | ✓ | ✓ | ✓ |
Notas: nd: no existe información del indicador para ese año en el censo respectivo. PEA: Población económicamente activa. VPH: viviendas particulares habitadas.
Fuentes: Censos generales de población y vivienda 1990, 2000 y 2010. INEGI.
Antecedentes importantes de la utilización de métodos estadísticos multivariados para el caso mexicano son los estudios de Rubalcava y Schteingart (2012) y Aguilar y Escamilla (2015); este último propone utilizar el algoritmo clara (Clustering Large Applications) de la librería Clúster del leguaje r, que usa las distancias euclidianas como medida de disimilitud. Para el análisis que se presenta en este estudio se optó por utilizar el método Ward, como se explica más adelante. Con el propósito de hacer comparativa esta investigación con estos y otros análisis, se definieron seis estratos para mostrar con más claridad la polarización entre grupos sociales extremos, además de identificar y visualizar la gran heterogeneidad del estrato denominado clase media. Esta es una categoría de gran importancia no solo porque su amplitud en cantidad y cualidad es considerada un signo de fortaleza económica, sino también porque es muestra de una mayor equidad y diversidad social en un país, una región o una ciudad. En el presente estudio la clase media se subdivide en tres estratos: medio alto, medio y medio bajo. Para ubicar los estratos sociales en el territorio de la ciudad se utilizan mapas elaborados utilizando sistemas de información geográfica que permiten observar la diferenciación socioespacial y así comparar los estratos sociales y su evolución en los tres años considerados.
El análisis multivariante y el análisis de clúster
¿Qué es el análisis multivariante? De acuerdo con Peña (2002), el análisis de datos multivariantes tiene por objetivo principal el estudio estadístico de diferentes variables de elementos de una población. Este análisis tiene además los siguientes objetivos específicos:
Resumir un conjunto amplio de variables en menos y nuevas variables, construidas como transformaciones de las originales con la mínima pérdida de información (análisis por componentes principales y análisis factorial).
Encontrar y agrupar los datos clasificándolos en nuevos grupos ya definidos (análisis de conglomerados, clasificación jerárquica y no jerárquica y análisis discriminante).
Relacionar dos conjuntos de variables dependientes o interdependientes (análisis de regresión múltiple, análisis de correlación canónica, análisis de correspondencia y análisis discriminante).
Entre las técnicas multivariadas se escogió el análisis de conglomerados o de clúster porque permite lograr el objetivo central de agrupar la población distribuida en las AGEB y manzanas urbanas de la ciudad de Aguascalientes y construir los estratos socioeconómicos utilizando variables relacionadas con las características de ingresos, nivel de escolaridad, condiciones y bienes en la vivienda. Los estratos deben cumplir con la condición de ser muy similares en sus características, pero al mismo tiempo cada estrato deberá ser lo bastante distinguible de los otros, de tal manera que sea útil la comparación. Hair señala que:
…el análisis de clúster es una técnica analítica para desarrollar subgrupos significativos de individuos u objetos. De forma específica, su objetivo es clasificar una muestra de entidades (personas u objetos) en número de grupos mutuamente excluyentes basados en similitudes que hay entre dichas observaciones o entidades. En el análisis de clúster los grupos no están predefinidos. Por consiguiente, se usa la técnica para identificar los grupos (1999: 13).
Hair (1999) y Peña (2002) coinciden en que para un análisis de clúster o conglomerados se deben seguir cinco pasos: 1) selección de observaciones y variables; 2) escoger la medida de asociación; 3) elección de la técnica de asociación; 4) identificar los grupos o clústeres, y 5) validación e interpretación de resultados. A continuación se describe cada uno de estos pasos.
Origen de los datos y la cartografía
La fuente de información son los censos de población y vivienda que se levantan cada diez años (por ejemplo en 1990, 2000 y 2010, que se utilizan en este trabajo), los cuales contienen el número de habitantes y viviendas y sus características.
Las unidades de análisis u observaciones son en dos escalas. La primera son las AGEB, que están disponibles en los tres censos; no obstante, para su comparación fue necesario seguir un riguroso procedimiento cartográfico de homologación de estas unidades para que tuvieran la misma superficie y se pudieran comparar todas las AGEB en los tres años.6 La segunda escala son las manzanas urbanas, pero solo hay cartografía disponible para 2000 y 2010. Esta escala permite configurar otras unidades de análisis mayores agrupándolas en colonias, barrios, fraccionamientos y condominios, de acuerdo con los objetivos y el marco conceptual.
La información socioeconómica de la población de los censos a nivel de AGEB y de manzana presenta algunas variaciones, pues en algunos años no aparecen variables del censo anterior y en otros censos se incorporan nuevas variables.
Para hacer comparables las AGEB y las manzanas, la mayoría de las variables (indicadores) están expresadas en porcentajes, excepto en el caso del promedio de ocupantes por cuarto en viviendas particulares habitadas y el grado promedio de escolaridad (número de años cursados por los habitantes). En todos los casos se realizó un procedimiento de estandarización de las variables con el fin de tener una escala de comparación.
Medida y técnica de asociación
En el análisis de clúster hay diferentes métodos para calcular las distancias entre variables. Se utilizó el método de Ward para maximizar la homogeneidad en cada grupo o conglomerado, que consiste en realizar todas las combinaciones posibles de observaciones para obtener el número de grupos que se considere en cada etapa concreta. Luego se calculan los centroides de los grupos resultantes de las posibles fusiones y a continuación se obtiene la distancia euclidiana al cuadrado al centroide de todas las observaciones del grupo. Aquella solución en que se obtiene la menor suma de cuadrados es la que garantiza la máxima homogeneidad (para una revisión de estos métodos véase Aldás y Uriel, 2017). El análisis y procesamiento estadístico de los datos se realizó utilizando el programa de cómputo libre R Studio.
Jerarquización y estratificación social en la ciudad de Aguascalientes en 2010
De acuerdo con el procedimiento descrito, primero se graficaron los promedios estandarizados de las variables para identificar la posición de cada estrato respecto al promedio general de la ciudad de Aguascalientes. Esta es una manera sencilla de observar la posición y jerarquía de cada uno de ellos. Por motivos de espacio, solo se describen los resultados de 2010 y se compara con los años anteriores.
En el Censo General de Población y Vivienda 2010 ya no aparecen las variables de ingresos debido a que, según el propio Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), es un indicador poco confiable, ya que hay una subdeclaración de sus ingresos por parte de los informantes. Por ello se tomaron indicadores adicionales de los bienes de la vivienda tales como telefonía celular, computadora y acceso a internet.
Capital económico. En 2010, al no haber ya información sobre ingresos, el capital económico se relacionó con la información de los bienes y servicios existentes dentro de las viviendas, como se observará en el capital físico más adelante.
Estrato | AGEB | Población | Posprimaria | Grado |
Viviendas con agua | Hacinamiento | Viviendas |
|
Alto | 40 | 115 176 | 86.05 | 13.31 | 98.25 | 0.64 | 0.18 | |
Medio alto | 27 | 63 734 | 84.73 | 11.54 | 98.06 | 0.82 | 0.12 | |
Medio | 55 | 191 280 | 70.01 | 10.42 | 99.00 | 0.74 | 0.84 | |
Medio bajo | 54 | 259 598 | 60.72 | 8.56 | 98.71 | 1.00 | 2.57 | |
Bajo | 26 | 71 776 | 72.11 | 8.85 | 99.60 | 1.19 | 1.44 | |
Muy bajo | 5 | 20 607 | 52.74 | 7.01 | 93.33 | 1.56 | 12.57 | |
Ciudad | 207 | 722 171 | 72.45 | 10.36 | 98.59 | 0.88 | 1.43 | |
Estrato | Viviendas |
Viviendas |
Viviendas |
Viviendas |
Viviendas |
Viviendas |
Viviendas |
Viviendas |
Alto | 13.66 | 97.54 | 93.68 | 88.89 | 77.05 | 79.96 | 89.90 | 65.41 |
Medio alto | 21.23 | 95.73 | 86.12 | 75.58 | 47.32 | 38.84 | 91.55 | 27.50 |
Medio | 20.42 | 95.22 | 86.58 | 60.88 | 47.69 | 66.66 | 76.40 | 34.84 |
Medio bajo | 22.48 | 90.77 | 81.50 | 50.33 | 28.91 | 50.97 | 71.29 | 18.04 |
Bajo | 35.89 | 90.55 | 76.49 | 47.88 | 15.53 | 20.11 | 82.56 | 5.62 |
Muy bajo | 43.42 | 81.05 | 66.76 | 40.54 | 9.68 | 20.63 | 63.77 | 3.88 |
Ciudad | 22.25 | 93.65 | 84.82 | 63.33 | 43.46 | 54.55 | 80.12 | 30.99 |
Fuente: Elaboración propia con base en el Censo General de Población y Vivienda 2010. INEGI .
Capital cultural. La relación entre el capital cultural y el nivel socioeconómico es directa: mientras más alto es el nivel de escolaridad mayor es la jerarquía social. El promedio de escolaridad de la población aumentó de 7.6 años cursados en 1990 a 10.4 en 2010, equivalente al primer año de bachillerato, lo cual demuestra que 72.5 % de la población mayor de 15 años tenía estudios de posprimaria. La población del estrato alto registró un promedio de 13.3 años de escolaridad, mientras que la del muy bajo uno de 7.0, equivalente al primer año de secundaria. El promedio del estrato medio es prácticamente igual al promedio de la ciudad, mientras que el estrato medio bajo tiene un promedio de 8.6, que es dos años inferior al promedio de la ciudad. Esto sugiere que aquellos habitantes que lograron incrementar su capital cultural pudieron mantenerse en el mismo o bien ascender en su nivel socioeconómico.
Capital físico. En 2010 el capital físico y el económico se midieron con los mismos indicadores, ya que el segundo representa el gasto en los hogares y algunas formas del estilo de vida. El hacinamiento es un indicador clave en la estratificación socioeconómica; entre menor es el hacinamiento, la escala social es más alta, lo cual se refleja en el tamaño de la vivienda, medido por el número de personas por cuarto. Los estratos que están por encima del promedio de la ciudad (0.9) se ubican en la parte media y ascendente de la escala social y viceversa. El estrato alto tiene en promedio dos cuartos por persona (0.6), mientras que en las viviendas del estrato muy bajo hay una persona y media por cuarto.
El hacinamiento aparece en las viviendas con un solo cuarto; del total de las viviendas de la ciudad, solo 1.4 % presentan esta característica; sin embargo, considerando únicamente el estrato muy bajo, este porcentaje se incrementa hasta 12.6 % de las viviendas, muy por encima del 1.4 % del estrato bajo y 2.6 % del estrato medio bajo. Nuevamente este indicador aparece como un factor altamente diferenciador de los estratos sociales.
El Censo General de Población y Vivienda 2010 capta por primera vez información sobre las viviendas con teléfono celular e internet, dos tecnologías que se convirtieron rápidamente en servicios de consumo a nivel mundial. No obstante, en dicho año había diferencias importantes en el acceso a esta tecnología: mientras que las viviendas con celulares eran 82.1 % en la ciudad, solo 31.0 % contaba con el servicio de internet. Además existía una amplia brecha entre estratos: 65.4 % de las viviendas de estrato alto tenían acceso a internet y únicamente 3.9 % del muy bajo. Esto se relaciona con las viviendas con otros bienes, como la computadora y el teléfono fijo, donde los estratos bajos tienen menor acceso con solo 9.7 %, mientras que en el alto 77.1 % contaban con computadora, y el promedio de la ciudad era del 51.0 %.
En 2010 las viviendas con agua ya no eran un indicador diferenciador, ya que el promedio 98.6 % contaban con este servicio. A diferencia del 87.4 % en 1990, cuando apenas 23.3 % de las viviendas del estrato muy bajo tenían el servicio, proporción que aumentó a 93.3 % en dos décadas.
Resultados: la división social del espacio en la ciudad de Aguascalientes por AGEB
Los resultados muestran una mayor división social del espacio en la ciudad de Aguascalientes durante el periodo en estudio debido a las tendencias siguientes.
Estratos | 1990 | 2000 | 2010 | Estratos | 1990 | 2000 | 2010 |
Alto | 33 377 | 85 645 | 115 176 | Alto | 7.6 | 14.4 | 15.9 |
Medio alto | 59 848 | 74 623 | 63 734 | Medio alto | 13.6 | 12.6 | 8.8 |
Medio | 172 640 | 181 953 | 191 280 | Medio | 39.2 | 30.7 | 26.5 |
Medio bajo | 62 096 | 119 214 | 259 598 | Medio bajo | 14.1 | 20.1 | 35.9 |
Bajo | 103 938 | 121 446 | 71 776 | Bajo | 23.6 | 20.5 | 9.9 |
Muy bajo | 8 437 | 10 234 | 20 607 | Muy bajo | 1.9 | 1.7 | 2.9 |
Ciudad | 440 336 | 593 115 | 722 171 | Ciudad | 100.0 | 100.0 | 100.0 |
AGEB | Porcentaje de AGEB | ||||||
Estratos | 1990 | 2000 | 2010 | Estratos | 1990 | 2000 | 2010 |
Alto | 14 | 26 | 40 | Alto | 11.8 | 17.9 | 19.3 |
Medio alto | 13 | 25 | 27 | Medio alto | 10.9 | 17.2 | 13.0 |
Medio | 46 | 27 | 55 | Medio | 38.7 | 18.6 | 26.6 |
Medio bajo | 14 | 25 | 54 | Medio bajo | 11.8 | 17.2 | 26.1 |
Bajo | 25 | 35 | 26 | Bajo | 21 | 24.1 | 12.6 |
Muy bajo | 7 | 7 | 5 | Muy bajo | 5.9 | 4.8 | 2.4 |
Ciudad | 119 | 145 | 207 | Ciudad | 100.0 | 100.0 | 100.0 |
Fuente: Elaboración propia con base en los censos generales de población y vivienda de 1990, 2000 y 2010. INEGI.
Principales tendencias identificadas, 1990 -2010
Por un lado, crece de manera continua el estrato alto y se abre la brecha entre este y los demás estratos. Es decir, hay una tendencia marcada a una mayor desigualdad. No obstante, para un sector de la población se presentó un ascenso del estrato bajo al medio bajo.
La caída sistemática de la participación del estrato medio es el resultado más relevante de lo ocurrido durante el periodo. ¿Por qué el más relevante? La OECD (2018) señala que en la población durante generaciones ha existido el deseo natural de alcanzar la seguridad de vivir en una casa cómoda y tener un nivel de vida gratificante gracias a un trabajo estable con oportunidades de carrera, así como garantizar un futuro aún mejor para los hijos. También porque económicamente una clase media amplia y próspera ha sido el motor económico mediante el consumo y la inversión en educación, salud, vivienda y otros servicios. Además se considera que una clase media participativa es la base de sociedades cohesionadas y democráticas.
El incremento absoluto y relativo del estrato medio bajo, finalmente, es el resultado de la combinación de las dos tendencias anteriores. Por un lado, hay una reducción en la participación del estrato bajo, pero a la vez hay un descenso en la del estrato medio. El resultado final es la ampliación de una clase media baja cuya participación se duplica en veinte años, pues pasa de 14.1 % a 35.9 %.
La reducción relativa y absoluta de la participación del estrato bajo es una tendencia de gran importancia. Hay un evidente ascenso de la población de este estrato, lo cual significa una mejora en las condiciones de vida de una buena parte de la población. Mientras tanto el estrato muy bajo no disminuye, sino que aumenta y permanece.
Sin embargo, cabe señalar que de acuerdo con la metodología utilizada, en la cual la agrupación de los estratos se realiza según la posición relativa de sus promedios en el conjunto de variables y no en un solo indicador, como puede ser el nivel de ingresos, el promedio relativo varía con cada década de estudio, lo cual hace que los estratos también varíen. De ahí que, como señala Bourdieu en su modelo de clases, las características materiales y simbólicas determinan la condición de cada estrato, pero también es importante la posición relativa que existe entre cada uno de ellos.
Distribución espacial de los estratos socioeconómicos en la ciudad de Aguascalientes
Las principales tendencias en la distribución espacial de los estratos a nivel de AGEB s se pueden observar en el Mapa 1 y son:
Muy bajo. La localización y concentración de este estrato persiste en la periferia oriente de la ciudad: aunque el número de AGEB se redujo de siete en 2000 a cinco en 2010, la población se incrementó de 10 234 a 20 607 habitantes, lo cual significa un incremento en su densidad. La novedad es que en 2010 aparecen otros estratos en las periferias, sobre todo medio alto y medio bajo, a diferencia de las décadas anteriores, lo cual se debe a que hay nuevos desarrollos habitacionales en las AGEB para estos estratos.
Bajo. Entre 1990 y 2010 persiste la localización del estrato bajo en la periferia oriente de la ciudad, más allá de la avenida Siglo XXI (tercer anillo), la parte más alejada del centro. Esta localización no es favorable porque implica un incremento en el costo de transporte y un mayor tiempo de traslado para la población que vive en estas áreas. Los habitantes de los estratos bajo y muy bajo prácticamente son los usuarios del servicio de transporte público, el cual se caracteriza por su mala calidad. En 2010, de las viviendas del estrato bajo 47.9 % contaban con automóvil, en contraste con 88.9% del estrato alto, que también tendió a ubicarse en las periferias, pero mayoritariamente al norte y poniente de la ciudad.
Medio bajo. Es el estrato que más creció en términos relativos y absolutos. Pasó de representar 14.1 % en 1990 a 35.9 % en 2010, equivalente a 259 598 habitantes distribuidos en 54 AGEB ubicadas en una parte importante de la zona centro de la ciudad y muchos de ellos en las periferias, sobre todo después de la avenida Aguascalientes (segundo anillo). Esto lo convierte en el estrato más disperso en la ciudad, aunque hay una mayor concentración en la zona oriente.
Medio. Entre 1990 y 2010, este estrato se concentró en el centro de la ciudad y en la parte oriente, entre el primero y el segundo anillos, aunque también tiende a estar más disperso en la ciudad. Como ya se mencionó, tendió a reducirse en términos relativos durante estas dos décadas. En número de AGEB, pasó de 46 en 1990 a 55 en 2010, aunque en términos relativos se redujo su participación de 38.7 % a 22.6 % de las AGEB.
Medio alto. Los cambios de ubicación de este estrato fueron una novedad. Pasó de ubicarse mayoritariamente en el poniente de la ciudad en 1990 a trasladarse al centro en 2000 y luego al poniente en 2010, lo cual muestra un proceso de cambios relativos en la estratificación, así como cambios habitacionales y urbanos en la ciudad en su conjunto. En la parte oriente, aunque en menor cantidad, se están construyendo desarrollos habitacionales para estratos con ingresos mayores, muchos de ellos condominios cerrados con el fin de generar un ambiente de seguridad y exclusividad en la periferia. Ello muestra cómo el capital inmobiliario encuentra formas de generar mayor plusvalía adquiriendo suelo barato en partes de la ciudad donde regularmente se había construido vivienda de interés social. Si bien se puede señalar como tendencia a la mezcla social, es muy probable que exista segregación por el tipo de barreras físicas y sociales que se construyen en nuevas urbanizaciones. Estos temas son motivo para otros estudios a escalas menores y con metodologías de tipo cualitativo.
Alto. Este estrato aumentó tanto en número de AGEB, que pasó de 14 a 26 y 40, como en número de habitantes, que se incrementó de 33 377 a 85 645 y 115 176, respectivamente, en los tres años de estudio. En general, su ubicación se concentra en las partes norponiente, poniente y algunas del sur de la ciudad, solo dos AGEB están en la zona centro en 2010. La densidad de población del estrato alto en estas AGEB es la más baja en comparación con la de otros estratos. De ahí que una de las tendencias socioespaciales encontradas en este estudio sea la alta concentración de este estrato en zonas muy específicas, que se caracterizan por una mayor distancia respecto a las zonas donde se encuentran los estratos con nivel socioeconómico más bajo.
División social del espacio en la ciudad de Aguascalientes por manzana urbana
La escala geográfica tiene una gran importancia en los estudios socioespaciales, pues hay fenómenos que se pueden identificar con mayor precisión, y además adquieren otras características relevantes que no están a la vista a escalas mayores. En esta sección se resume el análisis a nivel de manzana urbana, es decir a una escala menor, lo cual permitirá observar qué sucede en el interior de las AGEB, y desde luego en el conjunto de la ciudad.
Los estratos socioeconómicos presentaron diferentes cambios de 1990 a 2010 a escala de manzanas urbanas.
Alto. Una primera diferencia en la escala es la mayor participación del estrato alto, que pasó de 7.7 % a 8.2 % entre 1990 y 2010 (mientras que a nivel AGEB este incremento fue de 7.6 % a 15.9 % en el mismo periodo), y que en términos absolutos se incrementó de 33 721 a 58 683 habitantes. Lo relevante es que en 2000 y 2010 a nivel de manzana la población de este estrato fue muy similar, con 58 380 y 58 683 habitantes, respectivamente.
Estratos | 1990 | 2000 | 2010 | Estratos | 1990 | 2000 | 2010 |
Alto | 33 721 | 58 380 | 58 683 | Alto | 7.7 | 9.9 | 8.2 |
Medio alto | 65 682 | 95 567 | 129 225 | Medio alto | 15.0 | 16.2 | 18.0 |
Medio | 139 798 | 222 057 | 123 574 | Medio | 31.9 | 37.5 | 17.2 |
Medio bajo | 87 264 | 92 629 | 162 006 | Medio bajo | 19.9 | 15.7 | 22.6 |
Bajo | 93 837 | 110 677 | 196 652 | Bajo | 21.4 | 18.7 | 27.4 |
Muy bajo | 17 886 | 12 201 | 48 013 | Muy bajo | 4.1 | 2.1 | 6.7 |
Ciudad | 438 188 | 591 511 | 718 153 | Ciudad | 100.0 | 100.0 | 100.0 |
Estratos | 1990 | 2000 | 2010 | Estratos | 1990 | 2000 | 2010 |
Alto | 488 | 756 | 718 | Alto | 14.6 | 15.3 | 10.3 |
Medio alto | 556 | 995 | 1 524 | Medio alto | 16.7 | 20.2 | 21.9 |
Medio | 1 006 | 1 384 | 1 165 | Medio | 30.2 | 28.1 | 16.8 |
Medio bajo | 509 | 934 | 1 377 | Medio bajo | 15.3 | 18.9 | 19.8 |
Bajo | 551 | 669 | 1 609 | Bajo | 16.5 | 13.6 | 23.2 |
Muy bajo | 222 | 195 | 556 | Muy bajo | 6.7 | 4.0 | 8.0 |
Ciudad | 3 332 | 4 933 | 6 949 | Ciudad | 100.0 | 100.0 | 100.0 |
Nota: La población total por manzana no coincide con la población por AGEB debido a que se descartaron manzanas por no contar con la información de las variables.
Fuente: Elaboración propia.
Medio alto. A nivel de manzana urbana, la participación de este estrato se incrementó de 15.0 % en 1990 a 16.2 % en 2000 y a 18.0 % en 2010, lo que significó pasar de 65 682 a 129 225 habitantes, es decir, prácticamente se duplicó en términos absolutos. Esto a diferencia de los resultados por AGEB, en que se observa una disminución de este estrato en términos relativos. Es decir, a escala de manzana urbana este estrato presenta una movilidad ascendente más dinámica.
Medio. La reducción de este estrato en términos relativos y absolutos es una de las tendencias más relevantes: su participación se redujo de 31.9 % a 17.2 % entre 1990 y 2010, y su población pasó de 139 798 habitantes en 1990 a 123 574 en 2010, aunque el número de manzanas se incrementó de 1 006 a 1 165 en el mismo periodo. Este resultado coincide con el obtenido a nivel de AGEB, por lo que el estrato medio presenta una reducción tanto relativa como absoluta. Esto puede significar una doble movilidad: una ascendente hacia el estrato medio alto y otra descendente hacia estratos de menor jerarquía socioeconómica.
Medio bajo. Este estrato presentó un incremento relativo y absoluto, pues pasó de 19.9 % a 22.6 % y de 87 264 a 162 006 habitantes de 1990 a 2010. En este caso su comportamiento es igual al resultado por AGEB, aunque fue más abultado, ya que se duplicó en el mismo periodo (pasó de 14.1 % a 35.9 %). Este crecimiento se explica básicamente por la reducción del estrato medio.
Bajo. La participación de este estrato se incrementó de 21.4 % a 27.4 %, mientras que en habitantes pasó de 93 837 a 196 652 entre 1990 y 2010. En cambio, a nivel de AGEB la tendencia fue inversa, pues se redujo de manera importante: de 23.6 % a 9.9 %, lo cual significa que a nivel de manzana urbana la población en el estrato bajo presenta el porcentaje mayor de los seis estratos en 2010, mientras que a nivel de AGEB fue el estrato medio bajo el que tuvo el mayor porcentaje en este año. Esta contradicción de los resultados entre escalas amerita un análisis más detallado en futuras investigaciones.
Muy bajo. También se incrementó su participación en todos los indicadores entre 1990 y 2010, pues pasó de 4.1 % a 6.7 % de la población, de 17 886 a 48 013 habitantes y de 222 a 556 manzana urbanas; es decir, en los dos casos más que se duplicó su participación. Esto generó una mayor polarización entre los extraños extremos de la jerarquía social.
En resumen, los resultados a nivel de manzana urbana muestran una movilidad menor que en los resultados a nivel de AGEB, en la que destaca la participación de los estratos que se encuentran por debajo del estrato medio.
En la distribución de los estratos sociales a escala de las manzanas urbanas, territorialmente se pueden identificar diferentes tendencias de 2000 a 2010.
Los estratos bajo y muy bajo tienden a concentrarse en la parte oriente de la ciudad, mientras que los estratos alto y medio alto se ubican principalmente en el norte y el poniente de la misma, y en algunas zonas específicas del sur. Esto incrementa la distancia física y social entre estratos y genera un patrón de segregación socioespacial en la ciudad, con lo cual se comprueba la hipótesis planteada en este estudio.
La zona centro presenta mayores cambios en la condición entre estratos de 2000 a 2010, con lo que se mantiene como la parte de la ciudad más heterogénea socialmente. De haber sido una zona ocupada mayormente por población del estrato medio en 2000, una década después hay una mayor presencia de los estratos medio bajo y bajo.
Efectivamente, el incremento de las manzanas urbanas habitadas por el estrato medio bajo pasó de 509 a 1 377 entre 1990 y 2010, lo cual muestra la recomposición social y los cambios ocurridos en la distribución de los estratos en el territorio de la ciudad.
El estrato bajo, por su parte, tuvo un aumento tanto en porcentaje de población como en número de manzanas urbanas (que no es lo mismo que superficie). Pasó de 93 837 habitantes en 1990 a 196 652 en 2010, y las manzanas urbanas se incrementaron de 551 a 1 609 en el mismo periodo. En 2000 las manzanas estaban ubicadas principalmente en las partes oriente y sur de la ciudad, y una década después, además de seguir en estas partes, aparecen en la zona centro, lo cual refuerza lo que se dijo en cuanto a que hay una profunda recomposición socioespacial en la parte antigua de la ciudad.
Al igual que en los resultados por AGEB, el estrato muy bajo está ubicado mayoritariamente en la parte oriente de la ciudad, sobre todo en la periferia alejada del centro, más allá del tercer anillo. El hecho de que esta población haya seguido concentrada en ciertas partes muy específicas de la ciudad y no se encuentre dispersa y distribuida ha generado un proceso de segregación, en el sentido de que hay espacios homogéneos con menos oportunidades de transporte, servicios y cercanía respecto de los centros de trabajo, consumo y esparcimiento. Esto repercute aún más en su condición de desventaja en comparación con otros estratos con mayores dotaciones de capital económico, cultural y físico, es decir, con mejores condiciones y características socioeconómicas.
Conclusiones
Al estudiar un periodo de dos décadas de alto dinamismo económico y urbano de la ciudad de Aguascalientes se pudieron observar tendencias contradictorias en cuanto a equidad social. Por un lado, hay un incremento relativo y absoluto en la participación del estrato alto, del que se duplicó su porcentaje, pues pasó de 7.6 % a 15.9 %. Mientras tanto, la participación de los estratos bajo y muy bajo, en conjunto, se redujo a la mitad, de 25.5% a 12.8 %, lo que equivale a un incremento del estrato medio bajo de 14.1 % a 35.9 %. Ello significó mayores oportunidades de movilidad social ascendente. Sin embargo, al observar el estrato medio se nota una reducción muy importante de su participación ya que pasó de 39.2 % en 1990 a 26.5% en 2010, lo cual significa una movilidad descendente de un estrato que, por su amplitud, es considerado como indicador de equidad social.
Esta distancia social entre estratos se ha reflejado territorialmente en la ciudad: hay una mayor separación física de las viviendas de los estratos situados en los extremos de la jerarquía social, y se genera una tendencia a la segregación socioespacial. La expansión de la ciudad se ha caracterizado por la generación de periferias diferenciadas socialmente; por un lado, crecen en las periferias los estratos alto y medio alto, principalmente en el norte y el poniente de la ciudad, mientras que las periferias de los estratos bajo y muy bajo tienden a concentrarse en el oriente, sobre todo después del segundo y el tercer anillos, en particular más allá de la vía del ferrocarril, que ha sido una barrera para la integración física y social de la ciudad. Los estratos medios, además de mostrar tendencias de comportamiento contradictorias entre ellos, son los que territorialmente muestran mayor dispersión en la ciudad y, por lo tanto, una menor distancia con respecto a otros.
La investigación en dos escalas mostró que hay ciertas diferencias en los resultados de las tendencias en el sentido, la magnitud y la naturaleza de los cambios ocurridos en la evolución de estratos específicos, lo cual repercute en la profundidad de la segregación en términos tanto sociales como espaciales. Esto se deberá tomar en cuenta para profundizar en estudios posteriores.
Finalmente, la propuesta metodológica de estratificación socioespacial permitió operacionalizar el concepto de división social del espacio y elaborar una estratificación basada en el concepto de espacio social de Bourdieu, en el cual la dotación de los diferentes capitales que poseen los individuos genera una jerarquización entre ellos. De acuerdo con las variables utilizadas, la distancia social está directamente relacionada con el capital cultural, específicamente con el promedio de escolaridad de las personas, y con el capital físico, en el grado de hacinamiento en las viviendas, que muestra la capacidad adquisitiva y el nivel de ingreso de la población. Entre mayor es la escolaridad y menor el hacinamiento de las personas y viviendas, su posición en la jerarquía social es ascendente y viceversa. Adicionalmente, si al hacinamiento de las viviendas se le agrega una ubicación distante de los equipamientos básicos, tenemos una condición doblemente desigual.7
Los resultados de este trabajo contribuyen a mostrar cómo el espacio urbano puede ser un elemento diferenciador que influye en la desigualdad y la reproduce. El lugar importa en la medida en que la ubicación de las viviendas permite a sus habitantes tener o no acceso a bienes y servicios por la dotación y distribución del equipamiento en el territorio de la ciudad. La concentración de condiciones adversas para ciertos grupos sociales en determinadas zonas de la ciudad inhibe la movilidad ascendente y representa un elemento adicional de la desigualdad en la dotación de los diferentes capitales de las personas. Los resultados de este trabajo contribuyen a mostrar cómo los contextos de globalización y liberalización económica se han reflejado en las ciudades mediante patrones de crecimiento más segregados y dispersos, que se suman a la matriz de desigualdad socioespacial◊
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1
Es importante aclarar que en este trabajo se utiliza el término de estrato social para operacionalizar e identificar diferentes grupos con condiciones sociales distintas y que, si bien hay una jerarquización entre ellos, no corresponde exactamente al concepto de clase social según diferentes teorías.
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2
Para una revisión profunda de estos conceptos véase Duarte (2017).
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3
Estudios recientes para América Latina con este enfoque se pueden consultar en Solís y Boado (2016).
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4
Las AGEB son subdivisiones de los municipios o alcaldías que conforman el país, lo que permite la formación de unidades primarias de muestreo y la organización de la información estadística. Fueron utilizadas por vez primera en el x Censo General de Población y Vivienda 1980 y tienen tres atributos fundamentales: 1) son perfectamente reconocibles en el terreno porque están delimitadas por rasgos topográficos identificables y perdurables; 2) generalmente son homogéneas en cuanto a sus características geográficas, económicas y sociales; 3) su extensión es tal que pueden ser recorridas por una sola persona. Se clasifican en dos tipos: urbanas y rurales.
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5
Las manzanas son espacios geográficos constituidos por un grupo de viviendas, edificios, predios, lotes o terrenos de uso habitacional, comercial, industrial y de servicios, entre otros. Se les considera como la unidad mínima del Marco Geoestadístico Nacional en área urbana o rural para el trabajo operativo de censos y encuestas; generalmente pueden estar rodeadas en su totalidad y están delimitadas por calles, andadores, brechas, veredas, cercas, arroyos, barrancas, límites de parcelas u otros elementos.
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6
Agradezco al ingeniero Sergio Reyes Galles su gran apoyo en la homologación de la cartografía de AGEB, que posibilitó el análisis comparando los mismos espacios de la ciudad de Aguascalientes en los años 1990, 2000 y 2010.
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7
Al momento de escribir estas conclusiones, México estaba en medio del periodo de confinamiento debido a la pandemia de covid-19. Esto evidenció la precariedad de la vivienda en la mayoría de los países, en particular el hacinamiento, que ha dificultado guardar la «sana distancia», y provocó problemas como el aumento de la violencia intrafamiliar, condiciones inadecuadas para adultos mayores, insuficiencia de servicios y control sanitario, falta de acceso a internet y pocos espacios públicos, entre otros que será necesario analizar.
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- » Recibido: 05/06/2020
- » Aceptado: 24/11/2020
- » : 15/12/2021» : 2021Jan-Jun