Resumen:

Este artículo tiene como objetivo reflexionar acerca de las experiencias cotidianas y de las interacciones sociales de brasileños en Italia y otros países de Europa durante la pandemia de covid-19 en los años 2020 y 2021, que trajo muchas transformaciones en los escenarios internacionales de movilidad y exigió la inmovilidad por cuestiones de salud pública y control de circulación del virus SARSCOV-2. La investigación la realicé por medios virtuales, aplicando dos cuestionarios mediante Google Forms, uno en 2020 y otro en 2021. Las solicitudes de participación las hice por medio de redes de contactos (Facebook, WhatsApp, Instagram, correos electrónicos y otras), en los que presenté los objetivos y los cuidados éticos presentes. La imposibilidad de ir y venir, y en algunos casos incluso de salir de casa durante el periodo más tenso de la pandemia, fue narrada como una experiencia impactante en sus vidas cotidianas.

Abstract:

This article aims to reflect on the daily experiences and social interactions of Brazilians in Italy and other countries of Europe during the covid-19 pandemic, in the years 2020 and 2021. The pandemic, which began in January 2020, brought many changes to international scenarios of mobility and required immobility in the name of public health and controlling the spread of the SARS - CoV-2 virus. In the research presented here I used digital media to apply two questionnaires, via Google Forms, in 2020 and 2021. Invitations to participate in the research were extended through networks of contacts on the internet (Facebook, WhatsApp, Instagram, etc.), presenting the research, its objectives, and the ethical considerations that applied. Not being allowed to come and go as usual and, in some cases, not even being able to leave the house, during the most intense period of the pandemic, was described as a shocking experience in their daily lives.

Palabras clave:
    • pandemia;
    • brasileños;
    • inmovilidad;
    • Italia;
    • miedo.
Key words:
    • pandemic;
    • Brazilians;
    • immobility;
    • Italy;
    • fear.

Introducción

Este artículo tiene como objetivo reflexionar acerca de las vivencias y experiencias cotidianas de brasileños en Italia y otros lugares de Europa durante la pandemia de covid-192 en los años de 2020 y 2021. Entendiendo por experiencias de vida cotidiana (Berger y Luckmann, 2008)3 aquellas domésticas o más públicas, que formaron parte con sentido de su espacio-tiempo en Italia. También las interacciones posibles o no durante el período de la pandemia -declarada en marzo de 2020 por la Organización Mundial de la Salud (OMS)-, causaron muchas transformaciones en los escenarios internacionales de movilidad y exigieron la inmovilización de personas por cuestiones de salud pública y para controlar la circulación del virus SARSCOV-2.4

En Italia la pandemia fue tratada como una emergencia sanitaria, lo que hizo que se ejecutaran reglamentos para controlar la entrada y salida de personas del país, así como que se vigilaran fronteras y espacios públicos. Era un momento muy delicado para las relaciones sociales, ya fueran en público o en privado. Fue, sin duda, un evento global que tuvo muchas implicaciones para las personas tanto en sus relaciones interpersonales como en cuestiones más amplias. El hecho de que la sociabilidad, las interacciones y la convivencia estuvieran regidas por normas de vigilancia en salud pública y controles administrativos locales y federales no fue algo bien recibido por todos. En este contexto global, la inmovilidad de personas también ha mostrado ser un elemento que es importante analizar y conocer, y que forma parte de las dinámicas contemporáneas (Glick-Schiller y Salazar, 2012). ¿Cómo experimentar, en el escenario globalizado contemporáneo, que presupone la disminución de las distancias y la posibilidad de un tránsito más dinámico, la inmovilidad y el control de los cuerpos? ¿De cuáles cuerpos? ¿Y qué pasa con los migrantes, que no siempre conocen o no tienen acceso a los servicios de salud ni a la información sobre la atención y los cuidados o el conocimiento de las etiquetas sociales necesarias para tener interacciones positivas? Aquí también pienso en el acceso idiomático, tan importante en tiempos de pandemia.

A escala mundial, las fronteras internacionales fueron cerradas. Se usaron diferentes recursos para detener la circulación del virus, como lockdowns (con restricciones a la movilidad), distanciamiento social y control de circulación de personas. El coronavirus se esparció rápidamente por los continentes y se convirtió en una pandemia impactante tanto desde el punto de vista económico como desde el de las relaciones sociales; trajo temores y exigió cambios de rutina, de hábitos y de formas de interacción. Hubo cambios incluso en las nociones de lo que se entiende como público y como privado, y gran parte de la población pasó a realizar lo que se denominó trabajo remoto, lo cual transformó el mundo laboral y otras prácticas, como la educación formal, por ejemplo, en la vida íntima y la doméstica. El virus se volvió rápidamente una cuestión pública mundial. Así, muchos brasileños que residían en o estaban de paso por Italia u otros países europeos no pudieron retornar a Brasil a ver a sus familias, y los que residían en Italia y estaban en Brasil tuvieron dificultades para reingresar en Italia. Brasil, de igual manera, se convirtió en un país marcado negativamente por el gran porcentaje de contagios, el alto número de muertes y la forma como la pandemia fue tratada públicamente utilizando el negacionismo, que se define como las prácticas y los discursos que algunos miembros de la sociedad civil adoptan para negar la pandemia, sus riesgos y los cuidados para evitar contagiarse. En Brasil fue una práctica gubernamental ampliamente difundida.

En 2020 aún no se habían desarrollado vacunas contra covid-19, y el escenario de temor y el gran número de muertes en Italia causó conmoción a escala mundial, con familias que no podían velar a sus muertos y ante el panorama de una enfermedad sin control y aún poco conocida. Se trataba de un evento mundial que atravesaba fronteras geográficas nacionales y simbólicas. En el sitio web del Ministerio del Trabajo y Políticas Sociales de Italia se publicó un servicio telefónico gratuito de asistencia para inmigrantes llamado «Corona Help-apoyo psicológico telefónico para inmigrantes».5 Además del distanciamiento, había desempleo, dificultades para relacionarse y el temor a una enfermedad altamente contagiosa.

El grupo de brasileños estudiado lo formé a partir de una investigación etnográfica que realicé en Italia desde 2012 (Zanini et al., 2013, 2014, 2020, 2022), lo que me permitió mantener el contacto con los interlocutores. La investigación la hice por medios virtuales aplicando dos cuestionarios vía Google Forms. Contacté a los participantes por medio de redes de contactos en internet como Facebook (perfiles y grupos), WhatsApp, Instagram, Skype, correos electrónicos, Messenger y otros, donde les presenté la investigación, sus objetivos y los cuidados éticos.

El primer cuestionario lo apliqué en 2020 a 74 entrevistados, hombres y mujeres. El segundo fue respondido en 2021 por 35 brasileños, también de ambos sexos. De igual manera, hice acompañamiento de perfiles y grupos en redes sociales, blogs, youtuberos y otros medios de divulgación de información sobre la pandemia y cómo los brasileños estaban enfrentando tal situación en Italia. La mayor pretensión con los cuestionarios era conocer y comprender cómo estaban lidiando con la pandemia en Italia. La investigación arrojó que fue un periodo muy difícil en el mundo del trabajo, en la cotidianidad familiar, en términos afectivos y en las evaluaciones acerca de los procesos migratorios o de movilidad más amplia. También la imposibilidad de ir y venir, y en algunos casos incluso de salir de casa durante el periodo más tenso de la pandemia (2020), fue narrada como una experiencia impactante y que destacó la importancia de las relaciones sociales, la creación y el mantenimiento de vínculos y muchas reflexiones sobre los proyectos migratorios y familiares. En los sentidos laboral, afectivo, familiar y otros, por medio de internet y de vivencias virtuales, para muchos individuos representó un aprendizaje. Estar en movilidad e inmovilidad al mismo tiempo también trajo reflexiones sobre proyectos de vida en el exterior. En 2021 elaboré un cuestionario menor, con preguntas más enfocadas en el escenario de la pandemia y el proyecto migratorio.

De los 35 cuestionarios respondidos, 34 resultaron válidos; de quienes contestaron, 82.1 % se declararon mujeres, 58.8 % eran casadas y vivían en aquel momento en Italia, Portugal, Alemania, España, Francia, Irlanda del Norte, Dinamarca o Austria. Muchos inmigrantes brasileños e ítalo-brasileños inician su proyecto de movilidad en Italia, donde obtienen la ciudadanía y luego parten hacia otros países en busca de trabajo y mejores posibilidades de ascenso social, calidad de vida o por cuestiones afectivas y familiares, entre otras. Esta movilidad es facilitada por el Acuerdo de Schengen -vigente desde 1995-, que permite a los ciudadanos italianos moverse libremente dentro de la Unión Europea. Para los italobrasileños que han reconocido y documentado la ciudadanía italiana esta libre circulación es un atractivo más de la doble ciudadanía. Algunos entrevistados que estaban en los grupos virtuales de brasileños en Italia ya habían continuado su proyecto de movilidad en otros países, pero todavía estaban activos en los grupos de Italia. Esto también me permitió conocer algunas itinerancias de brasileños en Europa. Las ocupaciones de los que respondieron el cuestionario eran de lo más variadas: técnica, académica, en limpieza, en pasantías, amas de casa, trabajadores domiciliarios y de la salud y empresarios, entre otras.

Observé que de 2020 a 2021, cuando ya había vacunas disponibles, fue distinto; sin embargo, los sentimientos de temor, miedo, inseguridad e incertidumbre acerca del futuro, incluso del proyecto migratorio y de movilidad, fueron muy sentidos. De esa forma, Brasil e Italia fueron blanco constante de comparaciones por parte de los encuestados, en especial en el enfrentamiento a la pandemia y sus consecuencias. Individuos residentes en Brasil padecieron además restricciones de circulación internacional incluso en Italia, por lo que algunas familias transnacionales no se encontraron presencialmente desde 2020, y esto generó tensión y expectativas incluso cuando la pandemia estaba más controlada.

Con este artículo busco reflexionar acerca de las experiencias de los brasileños en Italia y otros países de Europa durante la pandemia, en 2020 y 2021. Se trata de un análisis cualitativo por medio del cual prioricé conocer las narrativas y dinámicas de los brasileños en Europa. A partir de sus respuestas fue posible que esos temores, miedos e incertidumbre se convirtieran en texto para compartirlo con la investigadora. Después de todo, ¿qué texto (Marcus y Cushman, 1982) fue escrito en un formulario de internet y cómo podríamos analizarlo como producto de una investigación etnográfica? Las narrativas presentes en los cuestionarios y presentadas en este artículo fueron seleccionadas para el mismo.

Una etnografía en las redes virtuales, on y off line

Para los antropólogos, acostumbrados a la investigación interactiva, presencial y de larga duración, la pandemia de covid-19 representó un desafío adicional porque imposibilitó la convivencia e investigación empírica presencial que permitiera una interacción más prolongada. Era el momento de redefinir las estrategias de investigación empírica y repensar la forma en que interactuábamos con nuestros interlocutores sin poder reconocer los tonos de voz, las distancias entre lo dicho y lo vivido y «los imponderables de la vida real» (Malinowski, 1984: 29). Siendo imposible la interacción cara a cara, el entorno virtual de internet mostró ser una posibilidad, así como los nuevos recursos. Considerando que internet es un espacio privilegiado para realizar etnografía y búsqueda, como señala Hine (2004),6 observar que esta es producto y productora de significados y relaciones, y también de nuevas prácticas. Hoy en día conocer y estar en internet es, por supuesto, una necesidad para los investigadores. Giliberti y Fillipi (2021), aportan importantes reflexiones y posibilidades de pensar nuevas alternativas de interacción. Los antropólogos necesitaban creatividad y cierta audacia con responsabilidad y cuidado ético para realizar su investigación en los años 2020 y 2021.7

El primer estudio que presenté lo llevé a cabo en 2020, en pleno apogeo de la pandemia y sin vacunas, y el segundo ya con vacunas aprobadas en 2021. Según datos del Ministerio de Relaciones Exteriores, en 2020 había 4 215 800 brasileños en el exterior, y en Italia habría unos 161 000. En el primer estudio, Google Forms devolvió 74 formularios, de los cuales 71 eran válidos; las edades de los encuestados oscilaron entre 16 y 72 años; de estos, 70 % dijeron ser mujeres.

Como una preocupación ética, solicité a los administradores de los grupos de Facebook y otras aplicaciones autorización para participar en ellos, aclarando cuáles eran los objetivos de la investigación y preguntando si sería posible enviarles el cuestionario. Envié los primeros cuestionarios en octubre de 2020, y en noviembre regresaron con respuestas y observaciones. Aprender a buscar colaboradores de investigación en internet fue algo delicado, sobre todo porque no conocía algunas de las tecnologías existentes. Fue fundamental estudiar la producción de antropólogos que ya tenían experiencia con estas interacciones, especialmente los textos de Hine (2004, 2011), Leitão y Gomes (2018), Pink (2012), Miller (2015),8 Campanella (2015) y Segata (2020), entre otros. Siempre negocié y me aprobaron el uso de imágenes y la información obtenida, todo ello a mi cargo. En el cuestionario aplicado en 2021 hubo un nuevo formato, en el que fue menor el número de preguntas y pude cuantificar y clasificar mejor la información. Trataba de conocer el tiempo que tienen las personas para responder cuestionarios en línea. Si estuviéramos en una etnografía cara a cara, quizás las preguntas más largas serían mejor aceptadas y las respuestas podrían tener los «porqués» al final, un momento en que los antropólogos se sumergen en el universo del otro.

Incertidumbre, miedo y desesperación en la movilidad y la inmovilidad

Las ciencias sociales desde hace mucho tiempo han tratado de sumergirse en los escenarios de los sentimientos y las emociones y de incluirlos en algunas de sus dinámicas de la relación entre el individuo y la sociedad, y sus formas públicas y privadas de expresión. Desde Mauss (1974) 9, a principios del siglo XX, se señala que la expresión de los sentimientos es una construcción social; se puede observar contemporáneamente que existen intersecciones con cuestiones de género, de clase, étnicas, religiosas, generacionales y otras que dialogan con la expresión pública de personas y sentimientos, así como con su propia capacidad narrativa sobre lo que están viviendo. Como enfatizan Bourdieu (2008) y Foucault (1981), las palabras y su capacidad (y posibilidad) de expresión son juegos profundos de diferentes poderes en las sociedades. Entre subjetividades y objetividades, se puede decir que la expresión de los sentimientos se hace posible colectivamente a través de prácticas y ethos específicos. ¿Cómo lograron los brasileños en Italia y otros países de Europa lidiar con las tensiones derivadas de la pandemia? ¿Quién miraba o escuchaba sus intenciones? ¿Cómo se percibían a sí mismos en ese contexto? ¿Con quién podrían hablar sin que resultaran amenazados sus proyectos migratorios y de movilidad? Y los lazos afectivos, ¿cómo se vivían o se mantenían?

El período de la pandemia, especialmente en 2020, cuando la posibilidad de desarrollar una vacuna y una medicación efectiva era más lejana, hizo que muchas personas enfrentaran miedos desconocidos, como la muerte, la enfermedad, el duelo, las distancias controladas, y diversas pérdidas, como la de seres queridos, empleos, ingresos y muchos otros. La idea de contagio se convirtió en algo muy impactante en las interacciones sociales, con vigilancia de unos sobre otros y control social por parte de gobiernos. No contagiar ni ser contagiado era algo de esperar; sin embargo, no siempre se tenía el cuidado necesario, lo cual hizo que países como Italia crearan reglas de aislamiento más estrictas. Hubo castigos y, en ese contexto, se revisó lo que sería una prioridad. ¿Cómo expresar los sentimientos en este escenario en un país alejado de la familia de origen y en el que existen otras reglas de interacción? ¿Y cómo los sentimientos ya conocidos que acompañan los procesos de movilidad se cruzan con un contexto de pandemia, generando miedos y resentimientos aún no conocidos? Al fin y al cabo el proceso de movilidad y residencia en un país distinto del de origen exige el dominio de determinadas «habilidades culturales» (Pusseti et al., 2009). ¿Y cuando los procesos de aprendizaje todavía no permiten interacciones libres de tensión? Como lo destacó la entrevistada 1 (43 años, mujer, casada, vacunada, con formación académica) en 2021, cuando dijo sentir «miedo al futuro, incertidumbres, inseguridad, depresión» (cuestionario 1, 2021). Todo esto en un contexto en que el acceso a los servicios de salud no siempre es fácil, incluso por razones lingüísticas.

En el contexto de movilidad y las diferentes fases del proyecto migratorio, ya sea individual o colectivo, se sabe que existen miedos, riesgos y cierta tensión; sin embargo, estos elementos no siempre imposibilitan o dificultan el tránsito. Durante la pandemia había miedo de no ver a la familia que estaba en Brasil o de no sobrevivir al posible contagio de covid-19. Los distanciamientos y las preocupaciones por la enfermedad fue algo vivido con gran intensidad por algunos brasileños, como lo destacó otra entrevistada en 2021, de 59 años, residente en Portugal en aquel entonces, quien afirmaba que durante la pandemia tuvo preocupaciones como «No ver a los niños, padres, amigos. Miedo al contagio y, sobre todo, una tristeza única por la situación política de Brasil. Esto ha sido lo peor» (cuestionario 4, 2021). Las familias transnacionales sintieron con mucha fuerza el impacto, el peso de las distancias y los afectos interrumpidos. Sentir que los lazos afectivos no se podían vivir en persona era algo doloroso y tenso, como se destaca en el cuestionario 68, de 2020 (varón, 35 años): «Videollamada […] durante la pandemia prácticamente cada dos días, la distancia y la preocupación de ambas familias es muy complicada, nieto […] viajes no programados […] muchas videollamadas». Estos sentimientos influyeron en la salud de los individuos y en las rutinas de su vida diaria. Las horas frente a la computadora y la búsqueda de servicios de apoyo (cuando están disponibles) fueron cambios en las rutinas de muchas familias e individuos.

Es muy importante observar más de cerca la dinámica de las familias transnacionales y el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación (Baldassar y Merla, 2014). Como señala Cogo (2017), las relaciones entre medios, familias y género pueden permitirnos comprender mejor el proceso de migración, la movilidad y sus agencias. En la inmovilidad exigida durante la pandemia, las nuevas tecnologías de la comunicación se volvieron vitales para el mantenimiento, la revitalización e incluso la recreación de los lazos entre familias que estuvieron en Brasil e Italia u otro país de Europa. Además, la dinámica contemporánea de las familias transnacionales (Assis, 2007; Herrera, 2013) es un tema importante por estudiar entre el Norte y el Sur global, es decir, las familias que circulan entre un país y otro, que también están influenciadas por procesos históricos de colonización o migración. La migración masiva de italianos a Brasil a fines del siglo XIX y principios del XX estableció lazos de pertenencia en diferentes niveles. Entre idas y venidas, históricamente, los vínculos entre Brasil e Italia manifiestan tránsitos variados, pero constantes. Entre las familias basadas en el origen o las que fueron construidas mediante relaciones afectivas o de otro tipo, la circulación entre Brasil e Italia es un proceso que involucra intereses públicos y privados. De hecho, en las familias transnacionales la comparación entre Brasil e Italia es algo constante, como también se observó en los cuestionarios. En 2021 algunos países europeos ya estaban vacunando a su población, pero en Brasil aún había retrasos en cuanto a la posibilidad de una vacunación equitativa y rápida. En 2020, cuando aún no había vacuna, una entrevistada de 65 años residente en Italia señaló:

PREGUNTA: ¿Cómo ha sido la experiencia de la pandemia en su país actual?

RESPUESTA: Con aprensión y dificultades como todos los que estamos aquí.

PREGUNTA: ¿Qué hábitos cambiaste durante la pandemia?

RESPUESTA: Salir lo menos posible de casa, no acudir a lugares concurridos, higiene de manos, extremar el cuidado en la cercanía con otras personas (cuestionario 9, 2020).

En este contexto, la vida cotidiana fue alterada, las interacciones restringidas trajeron cambios y críticas sobre la forma en que los gobiernos estaban conduciendo las políticas de salud. Hubo críticas tanto por el cuidado como por la falta del mismo. Como destaca otra entrevistada de 50 años, residente en Italia, en 2020:

PREGUNTA: ¿Cómo ha enfrentado la pandemia el país en el que se encuentra? Cuéntenos un poco, por favor.

RESPUESTA: De la peor manera posible, con restricciones y decretos sin sentido, con manipulación mediática y propagación del miedo (cuestionario 12, 2020).

El miedo, en este caso, se entiende como algo que se puede diseminar en un contexto de construcción colectiva. Algunos cuidados de salud en 2020, aún sin vacunas, no fueron aceptados por todos. Hubo varios países, incluido Brasil, donde las ideas negacionistas también se difundieron en los medios de comunicación. En las sociedades occidentales, donde los riesgos y peligros (Giddens, 1991: 19) también sirven a propósitos diferentes, hay algo qué observar en la construcción de las narrativas cuando se hacen públicas. Especialmente aquellos en los que hay conocimiento y legitimidad sobre el saber en juego.10 Durante la pandemia la ciencia fue elogiada, pues buscaba una solución a la enfermedad; pero en países como Brasil fue atacada y desacreditada, lo cual hizo que algunas personas no confiaran en las medidas propuestas para contener el contagio y aumentar el cuidado. Esto también se observó en las respuestas a los cuestionarios, como lo destaca la entrevistada de 44 años, residente en Italia, en 2020:

PREGUNTA: ¿Cómo ha estado el país en el que está lidiando con la pandemia? Cuéntenos un poco, por favor.

RESPUESTA: Creo que, como Brasil, se volvió política, A contra B, creando decretos y normas, sin pensar en la población, sino en deshacer lo que hizo A o B (cuestionario 17, 2020).

En 2020, la bendición católica urbi et orbi fue impartida por el papa Francisco en la Plaza de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano, en Roma. Era el 27 de marzo de 2020 a las seis de la tarde. Fue un día de acompañamiento mundial, siendo transmitida en vivo. En un marco de incertidumbre, las escenas transmitidas por televisión, radio e internet tuvieron impacto a nivel global. En medio del aumento de muertes y de familias que no podían participar en el entierro de sus muertos, Italia se hizo visible mediante las imágenes que difundieron los medios, como la escena de camiones que llevaban cuerpos muertos para ser enterrados lejos de sus familias. El cadáver, allí, era peligro y contagio. Illouz (2007) estudia las emociones en el contexto capitalista y advierte sobre las nuevas tecnologías y cómo implican nuevas expresiones y formas de interacción. Se puede decir que durante la pandemia los medios de comunicación, en un contexto de aislamiento en que la gente estaba más en sus casas, tuvieron un papel destacado en la propagación de sentimientos, especialmente del miedo real, visible y cuantificado en el número de muertos, contagios y personas que sufrieron secuelas tras haber sido contagiadas. Pensar, como nos advierte Le Breton, que los sentimientos y las emociones forman parte de un «sistema de sentidos» (2019: 13),11 confirmando «los principios organizadores del lazo social», en el que debe tenerse en cuenta la dimensión cultural. Uno de los aspectos observados por un entrevistado (cuestionario 8, 2020), hombre de 32 años, residente en Italia, fue:

PREGUNTA: ¿Cómo ha estado el país en el que está lidiando con la pandemia? Cuéntenos un poco, por favor.

RESPUESTA: Los italianos, a pesar de estar un poco obstaculizados, tienen mucha fortaleza económica en Europa. Han ayudado a emprendedores a superar la crisis con importantes ayudas económicas y son personas educadas en el sentido de seguir las normas anti-covid. La fragilidad italiana es la edad promedio muy alta de todo el país.

Cuando pregunté al entrevistado sobre la forma en que los brasileños son tratados en Italia, respondió: «Todo brasileño ha sufrido prejuicios en Europa». Ya existe una amplia literatura sobre la forma en que los brasileños (y también los latinos) son tratados en el extranjero, lo que nos lleva a los universos de la etnización, la racialización y el sexismo (Zanini, 2022; Lins-Ribeiro, 2000; Pisticelli, 2008; Assis, 2003; Pontes, 2004; Gomes, 2013; Lube-Guizardi, 2013; Bessera, 2016; Margolis, 1994; Médula, 2003). Estos elementos también estuvieron presentes en las observaciones de los entrevistados sobre la forma como los brasileños enfrentaron la pandemia en Europa. Además de ser conscientes de la pandemia, debían serlo de que eran brasileños y de cómo podían interpretarse y juzgarse sus actitudes. Además, como señalan Voigt y Monsma (2020), históricamente, en diversas situaciones, el miedo puede asociarse con el racismo y la xenofobia. Finalmente, entre tantos miedos, ser brasileño y extranjero podría ser uno de ellos. La inmovilidad, la necesidad del encierro y la imposibilidad de viajar hicieron que se pudieran sentir más profundamente algunas cuestiones, como el desempleo, la falta de recursos, la dificultad para afrontar algunos sentimientos y la falta de asistencia profesional para el cuidado de la salud mental y física. Mientras que en el extranjero algunos brasileños que aún no dominaban el idioma italiano destacaron haber experimentado dificultades en la interacción y búsqueda de asistencia y ayuda.

Todas estas situaciones impactaron la vida cotidiana y la rutina familiar de los brasileños e hicieron que la pandemia fuera narrada como un período de tensión, angustia, incertidumbres y miedos. Miedo al otro, que se puede contagiar; miedo a contagiarse; miedo a la enfermedad, a la muerte, y a lo que quizás ya no se pueda vivir, como las expectativas de algunos proyectos de movilidad y, quizás, de ascenso social. También fue un momento para conocer algunos límites y dificultades de vivir con ellos, como los confinamientos y lockdowns, por ejemplo.

Consideraciones finales

En este artículo busqué reflexionar sobre los resultados de una investigación antropológica llevada a cabo en el contexto de la pandemia, en 2020 y 2021. Apliqué dos cuestionarios, uno por cada año, seguidos por sitios web y grupos de redes sociales de brasileños en Italia y otros países de Europa. Los cuestionarios fueron enviados, registrados y archivados por mí. Fue un momento muy interesante para pensar el trabajo etnográfico y sus posibilidades frente al aislamiento, las distancias y la impersonalidad.

La pandemia trajo nuevas formas de interacción social, de diálogo con subjetividades y de contacto con sentimientos que algunas personas no habían vivido antes con la intensidad con que lo vivieron en 2020 y 2021. El primer cuestionario arrojó 74 respondientes, mientras que en el segundo fueron 35. En las respuestas se puede ver que había un escenario de plazos y expectativas, sobre todo en 2020, cuando aún no existían vacunas para el covid-19. En 2021, ya con vacunas, aumentaron los temores por la continuidad del proyecto migratorio. En los cuestionarios aparecieron las palabras miedo, incertidumbre, depresión, tristeza y nostalgia como formas de narrar lo vivido. Además de la inseguridad que los procesos de movilidad pueden promover en las personas, estar en tierra extranjera, con familias separadas por la imposibilidad de entrar y salir de algunos países, entristeció aún más el período. Brasil era un país que impedía a sus ciudadanos ingresar a varios países, lo que dificultaba la reunión de familias transnacionales.

En tal sentido, conocer y analizar lo que los brasileños en el exterior sintieron y pudieron expresar sobre sus experiencias en la pandemia también fue enriquecedor para ampliar la comprensión de los procesos de movilidad. En resumen, además de un aprendizaje sobre cómo hacer investigación durante la pandemia, los cuestionarios me proporcionaron información muy importante sobre cómo vivían los brasileños en Europa. Me enfoqué en los temas de miedo, incertidumbre y cambios en la vida cotidiana; sin embargo, aún queda mucho material por investigar y mirar más de cerca, como cuestiones raciales, étnicas, de género, generacionales y del mundo del trabajo. Y también, en esa interseccionalidad, las dinámicas de las familias transnacionales que resultaron impactadas por las restricciones y exigencias de los controles sanitarios durante la pandemia. En definitiva, la pandemia afectó a todos los individuos que se encuentran en el extranjero, tal vez con mayor fuerza por estar lejos de los lazos afectivos y de redes de apoyo ◊

Notas al pie:
  • 1

    Este artículo es resultado de un proyecto de investigación financiado por el Consejo Nacional de Investigación y Desarrollo (CNPQ) de Brasil. Estoy inmensamente agradecida con el CNPQ por la inversión.

  • 2

    El covid-19 fue descubierto en China en 2019, cuando se reportaron los primeros casos. Llamó la atención la gravedad de los síntomas y la rapidez de los contagios. En febrero de 2020 ya estaba en Europa con casos de contagio, lo que advirtió la posibilidad de riesgo.

  • 3

    Para Berger y Luckmann, «La vida cotidiana se presenta como una realidad interpretada por los hombres y subjetivamente dotada de significado para ellos en la medida en que forma un mundo coherente» (2008: 35).

  • 4

    El glosario terminológico de covid-19 lo define como: «…F. Enfermedad causada por el coronavirus -2019. Como el covid-19 es una enfermedad que afecta el sistema respiratorio, sus síntomas están principalmente relacionados con este sistema, lo que lo hace muchas veces similar a una gripe o un resfriado». Tomado de https://covid19.lexic.com.br/index.php

  • 5
  • 6

    Para Hine: «Como se puede ver, las perspectivas metodológicas para el estudio de los contextos virtuales han variado extensamente. La etnografía mantiene un interés especial por el estudio de lo que la gente hace con la tecnología y, una vez que interpretamos el ciberespacio como un lugar en el que se actúa, podemos empezar a estudiar exactamente qué se hace, por qué y en qué términos. Sin embargo, como ocurre con cualquier metodología, trasladar la etnografía a este contexto de trabajo conlleva el esfuerzo de reexaminar diversas implicaciones operativas» (2004: 31).

  • 7

    Envié los cuestionarios de Google Forms de manera individual por correo electrónico, incluían una breve presentación del investigador y los objetivos de investigación. También advirtí que las personas no serían identificadas y que podían elegir un seudónimo si así lo deseaban. El primer cuestionario recibió varias sugerencias de ajustes por parte de los encuestados, sobre todo en cuanto al tamaño. Inicialmente el objetivo era entrevistar a ítalo-brasileños ya con ciudadanía italiana reconocida o en proceso de serlo; pero otras personas pidieron responder, lo cual acepté y se convirtió también en un dato de la investigación.

  • 8

    Para el antropólogo británico Miller: «Ahora volvamos a los tres términos a que te referías en tu primera pregunta y al triángulo dentro del cual funciona la antropología: la relación entre lo individual y lo social, y la continua importancia de la norma cultural. Nuestros estudios sugieren que las características tradicionales del trabajo antropológico mantienen su importancia en el estudio de lo digital. Por ejemplo, los estudios sociológicos implican que el uso de internet ha llevado a un enfoque de la red más centrado en el ego y, al mismo tiempo, con fuerzas estatales y supraestatales, tecnologías cada vez más potentes que imponen la nueva infraestructura digital. Estas preguntas se encuentran en la escritura de personas como Castells y Wellman. Pero en nuestros estudios encontramos que la comunicación digital a menudo se basa en las unidades de estudios de antropología más tradicionales. Por lo tanto, en nuestro estudio en India mostramos que la casta es fundamental para la forma en que la red social se utiliza, mientras que en los estudios en Turquía es más tribal y en otros estudios se basa más en la familia. En todos estos estudios los antropólogos vinculan al individuo con lo social en lugar de verlos como dos categorías opuestas en la vida» (2015: 5).

  • 9

    El texto La expresión obligatoria de los sentimientos, publicado originalmente en 1921 en el contexto de la escuela sociológica francesa.

  • 10

    Lo que destaca Giddens (1997), aunque en un contexto no pandémico, trae interesantes reflexiones: «Un escéptico podría preguntarse: ¿no hay nada nuevo aquí? Siempre ha estado marcado. ¿No fue el futuro siempre incierto y problemático? La respuesta a cada una de estas preguntas es «sí». Muchas incertidumbres a las que nos enfrentamos hoy fueron creadas por el propio desarrollo del conocimiento humano» (1997: 220).

  • 11

    Como observa Le Breton: «Las emociones nacen de una valoración más o menos lúcida de un acontecimiento presenciado por una fuerza provista de su propia sensibilidad. Son pensamientos en acción dispuestos en un sistema de valores y significados, en una cultura afectiva, también se expresan a través de un lenguaje de gestos y mímica, que puede, en principio, ser reconocido (salvo que el individuo oculte su estado afectivo) por los miembros de su entorno social; el individuo construye su conducta en función de su historia personal, de su estilo y, en particular, de su valoración de la situación» (2019: 12).

Referencias
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  • Assis, G. (2011). De Criciúma para o mundo: rearranjos familiares dos novos migrantes brasileiros. Florianopolis, Santa Catarina, Brasil: Editora Mulheres.
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  • Beaulieu, A. (2004). Mediating ethnography: objectivity and the making of ethnographies of the internet. Social Epistemology, 18(2-3), 139-163.
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Historial:
  • » Recibido: 22/08/2022
  • » Aceptado: 09/12/2022
  • » : 30/03/2023» : 2023Jan-Jun