LOS HECHOS ECONOMICOS EN LA CRISIS DEL GOLFO PERSICO*

Resumen

La agresión iraquí a Kuwait del 2 de agosto no pue­de verse como un conflicto limitado al mundo árabe. Este acontecimiento no hubiera provocado tantas re­acciones si no estuviesen en juego el petróleo y las ri­quezas de las que el mundo occidental depende. Prue­ba de ello es que otras violaciones al derecho inter­nacional por parte de Israel, Irán, Siria y del propio Iraq no han causado tal indignación e inquietud. Es­ta aplicación selectiva del derecho se explica porque las transgreciones se habían cometido contra nacio­nes o regiones que no poseían riqueza petrolera, ca­rencia que los privaba de la protección del derecho internacional. La pregunta entonces es ¿por qué Es­tados Unidos defiende ahora tan enérgicamente a Kuwait y no hizo nada por defender, por ejemplo, a los palestinos? La respuesta es que básicamente se trata de una confrontación entre Estados Unidos e Iraq, dado que el primero desde la segunda guerra mundial ha deseado tener fuerzas militares en tierras árabes y así controlar la riqueza de los campos petrolíféros Ahora bien, la pregunta obligada es si este es el momento oportuno, sobre todo conside­rando que la primera potencia mundial se halla amenazada por la recesión,  por insal­vables dificultades financieras y por un défi­cit de 200 mil millones de dólares (Lo cual, por otro lado, no impide que esta nación continúe siendo el copo dei capi, que el centro de decisiones siga siendo Washington y que sea todavía Estados Unidos el principal mercado de los productos de Japón y Alemania).